María Jesús Herruzo Martos
Fundadores
Vamos a hacer un pequeño recorrido por la vida de nuestros fundadores en sus diferentes etapas.
NIÑA Y ADOLESCENTE
Aunque la iniciativa de fundar la Congregación la tuvo el Padre Castro, fue una mujer, Mª Jesús Herruzo Martos, quien encarnó el carisma. Nació en Villanueva de Córdoba (Córdoba – España) el 19 de Enero de 1896. Hija de padres cristianos y bien acomodados que se preocuparon de darle a su hija una educación cristiana en el Colegio de las Religiosas Esclavas. Mª Jesús fue una mujer de fe desde siempre, desde su más tierna infancia y pronto surgió en su mente y en su corazón la idea de consagrarse a Dios. Él era su Centro y su Todo y sólo vivía para Él. Al morir prematuramente su madre ella dejó sus estudios y regresó a la casa familiar donde con responsabilidad se empeñaba en servir a todos y con mucho compromiso seguía cuidando de su vida espiritual ayudando en la Iglesia en lo que estaba a su alcance. Siguió cuidando su vocación hasta que repentinamente la posibilidad del matrimonio le vino casi impuesta.
ESPOSA Y MADRE
Tras un corto noviazgo celebró su boda en 1918 con D. Antonio Cañuelo Ayllón con quien tuvo cuatro hijas, una de las cuales murió siendo pequeña, también su esposo tenía poca salud y la vida familiar se vio muy alterada por la larga enfermedad de éste y la muerte que tuvo lugar cuando Mª Jesús sólo contaba con 31 años. Con la muerte de su marido recaía sobre ella toda la responsabilidad del cuidado de sus hijas aún muy pequeñas y la gestión de sus bienes. Pero sin descuidar sus obligaciones al enviudar Mª Jesús retoma con fuerza el cuidado de su vida espiritual, sus compromisos en la vida de la Iglesia y obras de caridad.
FUNDADORA Y RELIGIOSA
Así van pasando los años hasta que en 1939 se reencuentra de nuevo con el P. Castro quien le habla de su proyecto de fundar una Congregación femenina que se dedique a la evangelización de las gentes que están en los campos y pueblos pequeños, aquellos que cuentan con menos medios para conocer y amar a Dios. Ella, a medida que le escuchaba se identificaba con ese deseo, pues también era el suyo por lo que se decide a poner por obra esa inspiración Fundando junto con un grupo de 9, entre las que estaban sus propias hijas, la Congregación de Obreras del Corazón de Jesús. Su casa quedó como casa religiosa y durante más de 15 años ella fue guiando y gobernando la incipiente Obra que poco a poco fue creciendo en número y misión. Después de una enfermedad que mermó sus facultades físicas y mentales, despojada de todo, pues todo lo había ofrecido, falleció el 23 de Marzo de 1965. La vida de esta mujer nos deja a todos la invitación a vivir siempre en clave de fe. Se había dejado seducir por un Corazón que la amaba sin medida y ante eso sólo puede uno abandonarse con total confianza. Su generosidad de corazón la caracterizó siempre hasta el punto de ser llamada en su pueblo natal “Madre de los pobres”. Su amor a la Iglesia, su gran generosidad y su corazón maternal son para todos nosotros un ejemplo de vida y un estímulo en la vivencia de nuestra fe.