La llamada
La Mies es mucha
En el plan de Dios sobre el ser humano podemos hablar de tres llamadas: a la existencia, a la santidad y a un estado de vida. En esta última está la llamada al matrimonio y la llamada a la vida consagrada.
La vocación religiosa es un don y una llamada especial de Dios recibida en fe, y cultivada y discernida en la oración. Es un don que Dios da a quien quiere, siendo también El quien dispone, mueve y ayuda a los llamados, concediéndoles la gracia necesaria para abrazar el estado religioso de pobreza, castidad y obediencia y perseverar en él.