En la pobreza del pesebre, Dios se hace pequeño para enseñarnos que el amor verdadero nace en el silencio,
crece en la entrega y se reconoce en la sencillez.
Que el Niño Jesús, luz en la noche y paz para el corazón, nazca también hoy en tu vida
y la llene de esperanza, ternura y confianza.
Que Él sea tu fuerza, tu alegría y tu paz.
¡Feliz Navidad!